TRIÁNGULO DE AMOR BIZARRO – Salve Discordia

Descubrí a Triángulo de Amor Bizarro (TAB) mientras daba un vistazo a la sección de DVD del Corte Inglés de Castellón. No tenía ni idea de que canción era la que estaba sonando por los altavoces. Menos aún del nombre del grupo. Pero el ritmo trepidante y contagioso me llamó mucho la atención y me detuve a escuchar. Fue como lo que llaman un “amor a primera vista”, aunque lo propio sería “a primera escucha”. Terminó la canción. Se desveló su título: De la monarquía a la criptocracia. Era el single de un disco misteriosamente llamado: Año Santo (2010). Dejé los DVD y fui a buscarlo a la sección de CD. Su portada todavía era más extraña, una especie de Guernica incendiado que guardaba un secreto en cada hueco. Solo hay dos grupos de música que recuerdo claramente cómo los conocí. Uno de ellos es TAB.

De la monarquía a la criptocracia era diferente al resto del álbum, donde el pop se perdía entre el ruido y los desgarros, y la portada se llenaba de vida y fuerza. No era exactamente lo que esperaba… era mejor. TAB se convirtió automáticamente en uno de mis grupos favoritos. No solo por su contundente sonido y personalidad, también por sus afiladas letras hendiendo en la sociedad que a nuestra generación nos ha tocado sufrir. Año Santo me acompañó durante mis últimos años en la Universidad. Siempre junto al primer álbum (Triángulo de Amor Bizarro) y el álbum de demos El Hombre del Siglo V.

Unos años después marché, como tantos otros jóvenes, a Berlín. El verano antes de partir apareció Victoria Mística (2013), con el esplendoroso cuadro de Rubens, Lucha de san Jorge y el dragón (1606-1608), escalofriantemente distorsionado. La distorsión de la belleza, del pop y de la vida político-social en la que se encontraba una España De la mano de las almas oscuras, necesitada de Estrellas místicas. No puedo dejar de asociar mis meses en la capital alemana a esta distorsión rubensiana en la que la melodía y la destrucción daban forma a una supernova musical.

Y ahora estoy en Corea, tres años después, y Salve Discordia (2016) vuelve a lograr convertirse en un disco con el que me siento plenamente identificado, hasta en mis pulsaciones. Su incontrolable ritmo, su explosión de 40 minutos sin descanso en un crescendo que llega hasta la Luz del Alba destripan perfectamente lo que siento por dentro. Sus letras, entre la furia, la ironía, la comedia y la melancolía, con sus recurrentes paisajes marinos en los que es imposible no perderse; y sus algunas veces metafóricos y otras veces muy directos, comentarios sobre la Euromaquia de hoy o Nuestro Siglo Fnord (titulo y canción que da mayor sentido al disco) son como cuchillas para una revolución que no será televisada. Un sonido del desgarro que, como ya han calificado en algunas críticas, es el sonido de una generación. O al menos así lo siento yo.

Pero desde luego, lo que hace tan grande al cuarto disco del grupo gallego es su evolución musical, que con un sonido propio muy trabajado y afianzado en Victoria mística, ahora se abre a una multiplicidad de géneros que hacen encajar a la perfección sin perder un ápice de su estilo. Y esto se logra con una capacidad de auto-exigencia, superación y riesgo que pocos grupos y músicos tienen actualmente.

TRIÁNGULO DE AMOR BIZARRO - Baila sumeria

Baila el carnero en el castillo
de proa vamos a pilotar
el viejo barco de oro
aunque nos cuelguen a todas

Una onza de sangre
de Lucero del Alba no nos lastimará
más que rodar por los tréboles
de la tierra perdida

Es antiguo y descamado
es antiguo y habla el Carnero:
La ciencia es mentira
la ciencia es mentira, sin ti...

Su palabra quemará tus labios
y el viento moverá la ceniza
soplará las velas hacía el zigurat
que gobierna la tierra

Es antiguo y descamado
es antiguo y habla el Carnero:
La ciencia es mentira
la ciencia es mentira, sin ti...

Ni quilla de oro
ni casco de acero sin ti...
Ni quilla de oroni casco de acero sin ti... (x2)

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